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domingo, 19 de agosto de 2012

EXAMEN DE ANO Y RECTO


Posición para examinar:
  • Decúbito lateral
  • Litotomía
  • Genupectoral
  • De pie
  • En cuclillas


Inspección:
  • Si hay  restos de materia fecal
  • La disposición de los pliegues
  • Si existen  excoriaciones y laceraciones
  • Si hay  excrecencias verrugosas
  • Apéndices hemorroidales
  • La presencia de trayectos Fistulosos

Al paciente se le pide que haga esfuerzo (toser, pujar).

Con ambas manos enguantadas se separan las nalgas para visualizar el ano, la piel perianal y sus alrededores (región sacrococcígea, nalgas, base del escroto). Tras traccionar suavemente a ambos lados del orificio anal, se puede visualizar la porción distal del canal anal. Además también se debe realizar la inspección solicitando al paciente que efectúe un leve esfuerzo defecatorio, para facilitar la protrusión de la mucosa.


Fisura anal
En la inspección se pueden visualizar: fisuras, ulceraciones, orificios de fístulas, abscesos, hemorroides externas, trombosadas o no, tumoraciones anales y perianales, lesiones neoformativas y hemorroides prolapsadas. Es importante visualizar la existencia de signos recientes de sangrado de alguna de las lesiones citadas. En ocasiones se puede evidenciar la presencia de masas perianales de diferente etiología.




Palpación

Previamente con o sin lubricante se palparán las áreas, perineal y sacro coccígea, buscando la existencia de masas, induración y fluctuación. Posteriormente, tras aplicación de abundante lubricante en el dedo y depositar parte en el orificio anal, se apoya la yema del dedo en la comisura anterior del orificio. Se realiza habitualmente con el segundo dedo de la mano dominante y se presiona firme y cuidadosamente para vencer la resistencia del esfínter y lentamente a través del canal anal se introduce hasta el máximo posible en la ampolla rectal.




En ocasiones con fisuras anales muy dolorosas no es posible ni recomendable llevarlo a cabo. La profundidad máxima alcanzada depende de la longitud del dedo del médico, de la constitución física del paciente y de su grado de relajación muscular, pudiendo llegar a 10 cm y la inserción efectiva estudiada de unos 7,5 cm. Durante el tacto se debe examinar circunferencialmente la mucosa rectal y el canal anal, valorando zonas de induración, tumefacción y fluctuación, irregularidades, excrecencias y estenosis.


Durante el tacto rectal se pueden localizar estructuras vecinas: próstata, cuello uterino, y fondo de saco de Douglas. Tras finalizar el tacto rectal se debe visualizar en el dedo utilizado la existencia de restos hemáticos u otros restos asociados.



                                                               Diferentes anomalías:

Hemorroides externas
Hemorroides sangrantes












Cáncer de ano


Prolapso rectal seno pilonidal













            Adenoma velloso

          Cáncer de colon



        













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