Posición
para examinar:
- Decúbito lateral
- Litotomía
- Genupectoral
- De pie
- En cuclillas
Inspección:
- Si hay restos de materia fecal
- La disposición de los pliegues
- Si existen excoriaciones y laceraciones
- Si hay excrecencias verrugosas
- Apéndices hemorroidales
- La presencia de trayectos Fistulosos
Al paciente se le pide que
haga esfuerzo (toser, pujar).
Con ambas manos enguantadas
se separan las nalgas para visualizar el ano, la piel perianal y sus
alrededores (región sacrococcígea, nalgas, base del escroto). Tras traccionar
suavemente a ambos lados del orificio anal, se puede visualizar la porción
distal del canal anal. Además también se debe realizar la inspección
solicitando al paciente que efectúe un leve esfuerzo defecatorio, para
facilitar la protrusión de la mucosa.
En la inspección se pueden
visualizar: fisuras, ulceraciones, orificios de fístulas, abscesos, hemorroides
externas, trombosadas o no, tumoraciones anales y perianales, lesiones
neoformativas y hemorroides prolapsadas. Es importante visualizar la existencia
de signos recientes de sangrado de alguna de las lesiones citadas. En ocasiones
se puede evidenciar la presencia de masas perianales de diferente etiología.
Fisura anal |
Palpación
Previamente con o sin
lubricante se palparán las áreas, perineal y sacro coccígea, buscando la
existencia de masas, induración y fluctuación. Posteriormente, tras aplicación
de abundante lubricante en el dedo y depositar parte en el orificio anal, se
apoya la yema del dedo en la comisura anterior del orificio. Se realiza
habitualmente con el segundo dedo de la mano dominante y se presiona firme y
cuidadosamente para vencer la resistencia del esfínter y lentamente a través
del canal anal se introduce hasta el máximo posible en la ampolla rectal.
En ocasiones con fisuras
anales muy dolorosas no es posible ni recomendable llevarlo a cabo. La
profundidad máxima alcanzada depende de la longitud del dedo del médico, de la
constitución física del paciente y de su grado de relajación muscular, pudiendo
llegar a 10 cm y la inserción efectiva estudiada de unos 7,5 cm. Durante el
tacto se debe examinar circunferencialmente la mucosa rectal y el canal anal,
valorando zonas de induración, tumefacción y fluctuación, irregularidades,
excrecencias y estenosis.
Durante el tacto rectal se pueden localizar
estructuras vecinas: próstata, cuello uterino, y fondo de saco de Douglas. Tras
finalizar el tacto rectal se debe visualizar en el dedo utilizado la existencia
de restos hemáticos u otros restos asociados.
Diferentes
anomalías:
Hemorroides externas |
Hemorroides sangrantes |
Cáncer de ano |
Prolapso rectal seno pilonidal |
Adenoma velloso
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Cáncer de colon
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